
Sólo era una caminata corta…”
golpe de calor … ¿Quién lo hubiera imaginado? Eso pensó Marta una mañana de julio, cuando decidió sacar a pasear a Rolo, su bulldog. No parecía tan caluroso, había algo de brisa, y apenas eran las 10. Pero al segundo cruce, Rolo ya jadeaba con desesperación. Al minuto 15, se tumbó en la sombra de un coche. Marta no sabía si estaba cansado… o algo peor.
Fue el veterinario quien se lo confirmó: era el inicio de un golpe de calor. Y sí, lo pudieron estabilizar a tiempo. Pero si hubiera tardado 10 minutos más, el final habría sido distinto.
Historias como esta no son raras. Y lo peor: muchas se repiten verano tras verano. Porque a veces creemos que el amor basta, que con agua y sombra es suficiente. Pero no siempre lo es. Y por eso esta guía no es solo una lista de consejos: es una conversación entre quienes queremos de verdad a nuestros perros, y no queremos que sufran por lo que podemos evitar.
¿Qué es realmente un golpe de calor en perros?
Es, literalmente, una falla del cuerpo. Su sistema para regular la temperatura —el jadeo, básicamente— se vuelve insuficiente. La temperatura interna sube, los órganos comienzan a fallar… y si no actuamos rápido, el daño puede ser irreversible.
Lo complicado es que sucede rápido. No hay tiempo para dudas. Por eso reconocer los signos es tan importante:
- Jadeo excesivo, desesperado
- Saliva espesa o pegajosa
- Lengua enrojecida o azul
- Temblores, tambaleos, vómitos
- O simplemente, ese “algo no está bien” que sentimos pero no sabemos explicar
No todos los perros sufren igual. Pero todos pueden sufrir.
Sí, hay razas más vulnerables. Los braquicéfalos, como bulldogs, pugs o boxers, porque su estructura facial les dificulta respirar bien. Los de pelaje denso, como los huskies o golden retrievers, que literalmente cargan un abrigo en pleno agosto. Los perros mayores, los que tienen sobrepeso, los cachorros…
Pero en realidad, ningún perro está completamente a salvo del calor extremo si no tomamos precauciones.
Cinco maneras reales de prevenir el golpe de calor (y hacerlo con amor)
☀️ 1. Pasea con cabeza, no con rutina
A veces salimos “porque toca”, porque es la hora habitual. Pero el sol no entiende de rutinas. Lo que ayer era fresco, hoy puede ser un horno. Ajustar los horarios es un acto de amor: salir muy temprano o al atardecer puede salvarles la vida.
Y si sientes que hace demasiado calor para ti… imagina cómo lo siente él, con ese pelaje.
💧 2. Agua, sí. Pero también cómo se la das
Llevar agua no es nuevo. Pero ¿alguna vez intentaste darle agua con tu mano o con una botella abierta? Muchos perros no beben en la calle porque no se sienten cómodos. Por eso, tener un bebedero portátil con cuenco integrado no es un capricho: es parte del cuidado consciente.
🧥 3. Un chaleco que les da sombra sin sombra para protegerse del golpe de calor
Un día vi a un perro con un chaleco húmedo y pensé: “¿Para qué tanto?” Hasta que me explicaron. Es un chaleco refrigerante, se moja, se escurre, y mantiene fresca la zona del pecho y el lomo. Evita que el cuerpo entre en estrés térmico. Y entonces entendí: no era moda, era salud.
🚗 4. Nunca en el coche. Nunca.
Esta parte duele escribirla porque cada año hay casos. Aunque sea “sólo un momento”, aunque esté “a la sombra”, aunque “voy y vuelvo”… un coche puede superar los 50 °C en minutos. Es una trampa mortal.
Y no. No exageramos.
🧠 5. Observar. Porque nadie conoce a tu perro como tú.
El golpe de calor es más común de lo que se piensa. Más allá de los consejos, los productos y las teorías, lo más poderoso es tu conexión con él. Esa mirada que cambia, ese gesto distinto, ese paso más lento… es ahí donde empieza la prevención.
La tecnología ayuda. El equipamiento ayuda. Pero nada reemplaza tu intuición, tu amor, tu atención.
Cerrar el verano con tranquilidad. No con arrepentimiento.
El golpe de calor en perros no debería ser una tragedia repetida. Con un poco de preparación, con los productos adecuados y, sobre todo, con consciencia, podemos disfrutar del verano sin miedo.
No necesitas hacer grandes inversiones. Sólo necesitas saber, anticiparte, y actuar.
- Agua limpia, fresca, servida en el momento y lugar adecuados
- Un chaleco que lo proteja sin agobiarlo
- Horarios inteligentes
- Y tu amor, que no se compra, pero se nota


